Hojarasca y tuberías atascadas en otoño

Fecha: 2017-10-25 14:59:48

Autor: Netjet

Cuando llega el otoño, la caída de las hojas de los árboles caducifolios es uno de los eventos más característicos de esta estación. Las calles se transforman rápidamente: aceras, jardines y calzadas se cubren de colores ocres que crean paisajes agradables, pero también generan un desafío importante para el mantenimiento urbano. La acumulación de hojarasca supone un incremento notable del trabajo para los servicios de limpieza, que deben redoblar esfuerzos para mantener las zonas públicas en buen estado. 

Aunque esta acumulación pueda parecer una molestia menor, la situación se complica cuando las condiciones meteorológicas comienzan a volverse más inestables. Durante los meses de octubre y noviembre, es habitual que se produzcan lluvias intensas y repentinas que arrastran toda esa hojarasca hacia los sistemas de drenaje. Cuando las precipitaciones coinciden con una elevada presencia de hojas en las calles, el resultado casi siempre es el mismo: tuberías atascadas y una red de saneamiento que no puede funcionar a pleno rendimiento. 

La relación entre la hojarasca y los atascos en tuberías 

La caída masiva de hojas no solo afecta la estética urbana, sino que tiene un impacto directo en la capacidad hidráulica de las tuberías. Cada año, miles de kilos de hojas, arena, polvo, pequeños restos vegetales y basura acaban depositándose en los desagües y alcantarillas. La hojarasca, al humedecerse, forma una masa compacta que se adhiere a las paredes de los conductos y dificulta el paso del agua. 

Este proceso es especialmente problemático en zonas donde las lluvias torrenciales se han vuelto más frecuentes. En estos casos, las tuberías colapsan rápidamente, provocando: 

  • Inundaciones en calles y plazas. 

  • Entrada de agua en plantas bajas de viviendas y comercios. 

  • Malos olores en arquetas y alcantarillas. 

  • Sobrepresión en la red de saneamiento. 

  • Deterioro acelerado de infraestructuras ya debilitadas. 

El incremento de episodios de lluvias intensas hace que las ciudades tengan que adoptar medidas más eficaces y prevenir estos atascos antes de que ocasionen daños mayores. 

Lluvias de otoño: el detonante del problema 

Las lluvias de otoño suelen ser repentinas y de gran intensidad. Esto provoca que toda la hojarasca acumulada en las calles sea arrastrada de golpe hacia las rejillas de drenaje. Cuando las hojas se agolpan en la entrada de un sumidero, se crea un tapón que impide la correcta evacuación del agua. Si ese tapón no se limpia a tiempo, la presión aumentará hasta que el agua busque una vía alternativa, normalmente hacia la superficie. 

Este fenómeno es uno de los principales responsables de los episodios de inundaciones más comunes en otoño. Y lo peor es que suele ser un problema silencioso: las tuberías pueden estar parcialmente obstruidas sin generar síntomas visibles hasta que una gran lluvada pone en evidencia la falta de capacidad. 

Por qué la gestión preventiva de tuberías es esencial 

Una buena gestión del sistema de saneamiento no consiste solo en actuar cuando ya hay tuberías atascadas. La clave está en la prevención. Mantener limpios los conductos antes de que lleguen las temporadas de riesgo permite garantizar un flujo constante y una reacción más eficiente frente a lluvias repentinas. 

La acumulación de hojarasca no solo bloquea el agua; también aporta materia orgánica que puede descomponerse dentro de la red, generando malos olores y favoreciendo la proliferación de insectos. Por ello, la limpieza regular de desagües y tuberías es fundamental para mantener una ciudad saludable y funcional. 

La solución profesional: agua a alta presión para desatascar tuberías 

En Netjet sabemos lo importante que es mantener una buena presencia y funcionalidad en nuestras calles, especialmente en las épocas del año donde la hojarasca se convierte en un problema recurrente. Por eso utilizamos dispositivos de agua a alta presión, una tecnología muy eficaz para desatascar tuberías sin necesidad de realizar obras ni intervenciones invasivas. 

El uso de agua a presión permite: 

  • Eliminar hojas compactadas adheridas a las paredes de las tuberías. 

  • Arrastrar arena, grava y pequeños residuos acumulados. 

  • Restaurar la capacidad hidráulica original del conducto. 

  • Reducir el riesgo de inundaciones durante episodios de lluvia. 

  • Prevenir daños estructurales derivados de la presión interna. 

Este tipo de intervención se ha convertido en uno de los servicios más solicitados durante el otoño, y resulta esencial para evitar situaciones que pueden afectar gravemente a vecinos, comercios y a la infraestructura urbana. 

El otoño trae consigo belleza natural, pero también desafíos importantes para la red de saneamiento. La caída de hojas es inevitable, pero sí es posible anticiparse a sus efectos. La prevención, el mantenimiento regular y la actuación profesional con agua a alta presión son las herramientas clave para evitar tuberías atascadas y garantizar un correcto funcionamiento incluso durante los episodios de lluvias más intensas. 

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