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Detección de humedades con termografía

¿Qué es la termografía?
La termografía es una técnica de ensayo no destructivo que se emplea para comprobar la temperatura de un objeto o lugar. En otras palabras, termografía permite determinar temperaturas a distancia y sin necesidad de contacto físico con el objeto a estudiar. Se consigue información sobre la temperatura exacta de un objeto gracias a las radiaciones infrarrojas. Permite captar la radiación infrarroja del espectro electromagnético, utilizando cámaras térmicas o de termovisión.
Conociendo los datos de las condiciones del entorno; humedad y temperatura del aire, distancia a objeto termografiado, temperatura reflejada, radiación incidente y de las características de las superficies termografiadas como la emisividad, se puede convertir la energía radiada detectada por la cámara termográfica en valores de temperaturas.
¿Cuáles son las diferentes aplicaciones de la termografía?
La termografía por infrarrojos se ha ido extendiendo durante más de 20 años desde el campo de aplicación médico y militar a otras aplicaciones de mantenimiento industrial, especialmente, en equipo y aparellaje eléctrico en alta y baja tensión (líneas, subestaciones, centros de control, etc.).
Otras utilidades de la termografía incluyen:
- Medición de temperaturas de sustancias que no admiten ser contaminadas por un contacto físico
- Observación del espacio
- Localización de tuberías de agua incrustadas en paredes
- Inspección de conductos con fluidos calientes o fríos para localizar obstrucciones
- Mantenimiento predictivo de maquinaria industrial
- Detección de patologías en edificación
- Estudio de pérdidas energéticas en edificación
- Detección de gases
- Estudios de pérdidas energéticas en arquitectura bioclimática
La termografía como herramienta para detectar humedades
En un objeto con un contenido muy alto de humedad, existen moléculas de agua que se mueven unas sobre otras chocando entre si. Aquellas más cercanas a la superficie y con movimientos más rápidos, pueden “escapar” y mezclarse con el aire, convirtiéndose en vapor de agua y aportando humedad al ambiente. Las moléculas más calientes son las que se mueven más rápido. Por lo que cada vez que una molécula se escapa, el conjunto del líquido pierde energía y se enfría. Es decir, al evaporarse, el agua enfría la superficie húmeda.
Gracias a esto, la localización de fugas es posible mediante termografía, ya que las zonas húmedas serán superficies más frías que su entorno.
En definitiva, gracias a la termografía infrarroja podemos detectar el problema mediante técnicas no destructivas, que nos permiten incidir solo en la parte dañada. De esta forma, ganamos en tiempo y seguridad a la hora de combatir las humedades y evitar que vuelvan a aparecer. Una técnica puntera para intervenir en una vivienda afectada por problemas de humedad, moho o que haya sufrido un incendio. La termografía, por lo tanto, nos ofrece información muy valiosa para empezar a arreglar las propiedades de nuestros clientes yendo al foco del problema y economizando tiempo y recursos.
En este contexto, las mencionadas técnicas de termografía servirán para:
- Evaluación de la envolvente térmica del edificio
- Diagnóstico de deficiencias de aislamiento térmico
- Detección de humedades por infiltración de agua en cubiertas y fachadas
- Diagnóstico preventivo de humedades por condensación
- Localización de fugas en tuberías de agua
- Detección de infiltraciones de aire
Si necesitas más información sobre nuestros servicios de inspección de tuberías y humedades, no dudes en contactarnos.
¿En qué consiste el mantenimiento predictivo?

El objetivo del mantenimiento predictivo (PdM) es anticipar la ocurrencia de un fallo en un equipo, basándose en los datos relativos a su estado. El mantenimiento predictivo también incluye actividades de mantenimiento regular, con la menor frecuencia posible, para evitar que se produzcan fallos. Dicha actividad suele consistir en una serie de acciones que se toman y técnicas que se aplican con el objetivo de detectar posibles fallas y defectos de maquinaria, tuberías y otras instalaciones en las etapas incipientes para evitar que estos fallos se manifiesten en uno más grande durante su funcionamiento, evitando que ocasionen paros de emergencia y tiempos muertos, causando impacto financiero negativo.
Un programa de mantenimiento predictivo sigue una secuencia lógica desde que se detecta un problema, se estudia, se encuentra su causa y, finalmente, se decide la posibilidad de corregirlo en el momento oportuno con la máxima eficiencia.
Los pasos a seguir para realizar un buen mantenimiento predictivo son tres:
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Detección: reconocimiento del problema.
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Análisis: localización de la causa del problema.
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Corrección: encontrar el momento y forma de solucionar el problema.
Por último, el paso a seguir es la corrección del fallo detectado y analizado, así, una vez encontrado un problema y analizado sus causas, es necesario estudiar las acciones a realizar para solucionarlo, a la vez que buscar el momento adecuado para su reparación, intentando que esta sea lo más eficiente posible.
El requisito para que se pueda aplicar una técnica predictiva es que el fallo incipiente genere señales o síntomas de su existencia, tales como alta temperatura, ruido, ultrasonido, vibración, partículas de desgaste y alto amperaje, entre otras.
¿Qué equipos se utilizan para realizar las tareas?
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Termografías
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Boroscopias
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Análisis de ultrasonidos
¿Cuáles son las principales ventajas y desventajas del mantenimiento predictivo?
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Las fallas se detectan en sus etapas iniciales por lo que se cuenta con suficiente tiempo para hacer la planificación y la programación de las acciones correctivas
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Anticipación a los fallos
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Ahorro de repuestos
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Mejora fiabilidad
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Reducción del tiempo y costes en el mantenimiento
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Alta inversión inicial ya que requiere de equipos específicos y costosos
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La necesidad de un personal más cualificado
Normativa para la gestión de depósitos de agua potable

Los depósitos o aljibes ubicados en instalaciones interiores para almacenar agua de consumo suelen tener una doble función:
- Disponer de una reserva de agua para que en el caso de corte del suministro por una avería o rotura, se disponga de autonomía para consumo de agua durante unas horas (caso por ejemplo de hoteles, residencias, instalaciones deportivas, etc.)
- Suministrar agua a un grupo de presión o sobre-elevación para que en caso de bajada de presión en la red, el agua pueda llegar a todas las plantas de la edificación.
Normativa para la gestión de depósitos de agua potable
Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero
El Real Decreto 140/2003 tiene por objeto establecer los criterios sanitarios que deben cumplir las aguas de consumo humano y las instalaciones que permiten su suministro desde la captación hasta el grifo del consumidor y el control de éstas, garantizando su salubridad, calidad y limpieza. El fin es proteger la salud de las personas de los efectos adversos derivados de cualquier tipo de contaminación de las aguas. Para el mantenimiento y desinfección de aljibes de agua fría o depósitos de agua potable, dicha normativa es el principal punto de referencia.
Según el Artículo 11 del citado Real Decreto. Todo depósito y cisterna para el agua de consumo humano de una instalación interior deberá situarse por encima del nivel del alcantarillado. Debe estar siempre tapado y dotado de un desagüe que permita su vaciado total, limpieza y desinfección. Además, el gestor de los depósitos públicos o privados de la red de abastecimiento o la red de distribución, cisternas, y el propietario de los depósitos de instalaciones interiores, vigilará de forma regular la situación de la estructura, elementos de cierre, valvulería, canalizaciones e instalación en general. De forma periódica realizarán la limpieza de los mismos. La limpieza deberá tener una función de desincrustación y desinfección, seguida de un aclarado con agua.
Real Decreto 865/2003, de 4 de julio
Así mismo el RD 865/2003 tiene como objeto la prevención y control de la legionelosis mediante la adopción de medidas higiénico-sanitarias en aquellas instalaciones en las que la Legionella es capaz de proliferar y diseminarse. Dichos reales decretos, se complementan para que las instalaciones se encuentren en un nivel de salubridad adecuado para su uso.
Este Real Decreto establece los criterios de la calidad del agua de consumo humano. Tiene por objeto, marcar los criterios sanitarios que deben cumplir las aguas de consumo humano y las instalaciones que permiten su suministro desde la captación hasta el grifo del consumidor.
Código Técnico de la Edificación (CTE), sección HS4 sobre Suministro de agua
Respecto al agua de consumo, el CTE establece las normas que deben seguirse en los edificios e instalaciones de nueva construcción, ampliación, modificación, reforma o rehabilitación. Su finalidad es que se cumplan medidas de ahorro de agua y eficiencia energética. Además de que no se altere la aptitud del agua para el consumo, aportando caudales suficientes para su funcionamiento.
Esta es la normativa de gestión de depósitos de agua potable. Esperamos que te haya servido de ayuda este artículo. Si estás interesado en nuestros servicios de limpieza y mantenimiento de tus depósitos de aguas potables, no dudes en contactarnos.